Recibiendo una nueva colección de manos artesanas gracias Muñikas por su trabajo 100% de manos chilenas rindiendo homenaje a nuestros pueblos originarios.
MUÑIKAS
Muñecas decorativas hechas en vellón de oveja, 100% natural. Trabajo completamente hecho a mano. Cada muñecas tiene diseños únicos basados en las culturas precolombinas de América latina, especialmente de Chile y también están inspiradas en elementos de la naturaleza. Todas las muñecas son distintas e irrepetibles.
Bienvenidos al mundo mágico de MUÑIKAS.
Hace dos años, en una tarde de invierno, en una casa entremedio del bosque camino a Curarrehue, en el Sur de Chile, mi amiga Manuela Hurtado me enseñó la técnica del fieltro seco, abriéndome la puerta a un mundo fascinante, descubrí que la lana de oveja no sólo se podía hilar para hacer lana y tejer, amasar con agua y jabón para hacer una tela (fieltro), sino que además se puede modelar, esculpir, darle infinitas formas.
Entusiasmada con este nuevo conocimiento comencé a crear figuras, animales, personajes. etc. Y dentro de este trabajo creativo apareció la imagen de una mujer Aymara con el niño a cuestas, recordé los años vividos en el norte de Chile y cuánto me llamó la atención que hasta el día de hoy las mujeres en el Altiplano llevaran a sus niños en la espalda. Mujeres en Putre, Belén, Parinacota, Chilcaya y de pronto no eran sólo las mujeres del norte de Chile, ni sólo las mujeres de Perú y Bolivia, no eran sólo las mujeres del Imperio Inca, sino que también las mujeres del Sur.
La mujer mapuche con el niño en la espalda para trabajar la tierra, la mujer patagónica, las selknam con su hijo a cuestas para mariscar y no sólo las mujeres de este confín del mundo, ni las mujeres del cono Sudamericano sino
que muchas mujeres alrededor del mundo, muchas etnias y culturas de todas las razas y colores en todas las latitudes del planeta habían encontrado esta forma de llevar a sus hijos, una manera ancestral.
Bienvenidos al mundo mágico de MUÑIKAS.
Hace dos años, en una tarde de invierno, en una casa entremedio del bosque camino a Curarrehue, en el Sur de Chile, mi amiga Manuela Hurtado me enseñó la técnica del fieltro seco, abriéndome la puerta a un mundo fascinante, descubrí que la lana de oveja no sólo se podía hilar para hacer lana y tejer, amasar con agua y jabón para hacer una tela (fieltro), sino que además se puede modelar, esculpir, darle infinitas formas.
Entusiasmada con este nuevo conocimiento comencé a crear figuras, animales, personajes. etc. Y dentro de este trabajo creativo apareció la imagen de una mujer Aymara con el niño a cuestas, recordé los años vividos en el norte de Chile y cuánto me llamó la atención que hasta el día de hoy las mujeres en el Altiplano llevaran a sus niños en la espalda. Mujeres en Putre, Belén, Parinacota, Chilcaya y de pronto no eran sólo las mujeres del norte de Chile, ni sólo las mujeres de Perú y Bolivia, no eran sólo las mujeres del Imperio Inca, sino que también las mujeres del Sur.
La mujer mapuche con el niño en la espalda para trabajar la tierra, la mujer patagónica, las selknam con su hijo a cuestas para mariscar y no sólo las mujeres de este confín del mundo, ni las mujeres del cono Sudamericano sino
que muchas mujeres alrededor del mundo, muchas etnias y culturas de todas las razas y colores en todas las latitudes del planeta habían encontrado esta forma de llevar a sus hijos, una manera ancestral.
El profundo amor que tengo por Latinoamérica, la gran admiración que siento por las culturas precolombinas y el respeto y fascinación que me provocan mis antecesoras de género, se combinaron y dieron vida a “MUÑIKAS”
Quise retratar a las mujeres de ayer y apareció la iconografía y diseños propios de cada cultura y me centré en Latinoamérica, especialmente en Chile y en este humilde homenaje a las mujeres silenciosas de la historia de esta tierra llegó la libertad de colores, de transformar diseños de combinar y crear nuevas formas, de preservar y darle nueva vida a un legado, asimilando un poco a lo que ha pasado con esta América linda y sus mujeres, toda trasformada, mestizada, coloreada, siempre cambiando pero siempre manteniendo sus raíces también, igual que las mujeres todas envueltas en novedad, con nuevos hábitos e intereses, pero manteniendo esa esencia propia del género.
Quise retratar a las mujeres de ayer y apareció la iconografía y diseños propios de cada cultura y me centré en Latinoamérica, especialmente en Chile y en este humilde homenaje a las mujeres silenciosas de la historia de esta tierra llegó la libertad de colores, de transformar diseños de combinar y crear nuevas formas, de preservar y darle nueva vida a un legado, asimilando un poco a lo que ha pasado con esta América linda y sus mujeres, toda trasformada, mestizada, coloreada, siempre cambiando pero siempre manteniendo sus raíces también, igual que las mujeres todas envueltas en novedad, con nuevos hábitos e intereses, pero manteniendo esa esencia propia del género.
Y así como retrato madres, mujeres llenas de historia ancestral también le di paso a lo delicado, lo etéreo fantástico y mágico de nosotras, elfas, princesas, hechiceras, todo ese mundo sutil que se plasma en las “MUÑIKAS” de cabellos largos y vestidos mágicos llenos de colores.
